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ISSN 1989-4163

NUMERO 123 - MAYO 2021

 

Entrevista con el Pirómano

Julio Soler

A la memoria de Sole Miranda.

 

-¿Quién gritó fuego por primera vez?

Me place, me place decir la verdad, esa verdad, sea en un interrogatorio o en una entrevista o la mezcla de ambos. Había quedado con ella, sí,  para contarle mi verdad, ¿la verdad? Lo justo y necesario para empezar, reconocer que era de noche, noche de aullidos y humos de alcantarilla deseosos de escapar. Deambulaba por las calles. Sí, esas calles de deambular,  hasta llegar al famoso callejón sin salida,  Cul de Sac, para los desconocidos. Al fondo, en neblinosa lontananza urbana, en el portal 99 donde no se podía hacer otra cosa que regresar o rendirse, me esperaría Sole Miranda, la famosa gurú de la verdad. ¿Nevaba? No lo creo pero quizás. Con mis zapatos picados bicolor Oxford me orientaba. La brújula del sonido de mis pasos pisaban sin dejar huella. Si no había huellas, entonces, no, no nevaba. Las farolas iluminándose intermitentemente me hacían guiños. La prostitución de la luz. Charcos con sus fangos adosados, arenas movedizas, tuberías rotas y peleas de gatos siameses. No había ratas, he de decirlo, las cosas como son. Un mendigo, dos mendigos, tres mendigos, todos mirándome los zapatos y mi camisa de franela a cuadros amarillos y negros. Una abuela pidiéndome algo de comer. Y es ahora, para resumir, que admitiré el pretérito indefinido:  Anduve hasta el final de Cul de sac y pasé miedo. Entonces la noche aclaró.

 Y claro, claro que allí estaba ella, vestida de rojo intenso insolente. Demoledora. Sedente  sobre una escalera de mármol rojo Alicante, acariciando un lobo también rojo con su mano derecha y con su izquierda sosteniendo un micrófono de nuevo rojo, inalámbrico es decir, sin la tiranía de los alambres.

-¿Quién gritó fuego por primera vez?

- Buenas noches, vengo a decir la verdad y toda la verdad. Forgettable Jimmy Boy es mi nombre. Soy de Ontario. Canadá.

El lobo asintió con la cabeza corroborando que mi nombre y procedencia eran auténticos.

-Bien, diferéncieme las dos clases de árboles que inundan los bosques.

-Los de hoja caduca y los de hoja perenne.

El lobo volvió a asentir.

-Dígame algunos de hoja caduca.

- Pino negro, Pino piñonero, Cedro del Líbano, Eucalipto, Laurel, Abeto, Ciprés….

El lobo aulló.

-No, perdón, esos son de hoja perenne. Me he confundido. Arce, Higuera, Chopo, Olmo, Álamo, Almendro, Abedul…

El lobo volvió a asentir.

-Le voy a vendar los ojos para que usted haga como una suerte de rueda de conocimiento de estos diferentes haces de leña y me diga las palabras que sienta al acariciarlos con íntima fruición.

- Brasa, flama, chispa, ceniza, rescoldo, pira, lumbre, ascua, tea…

- Está bien. ¿Quién gritó fuego por primera vez?

-Yo, yo, yo grité fuego por primera vez.

-¿Y por qué llora?

-Porque mis lágrimas quieren apagarlo.

El lobo rojo aulló de satisfacción.

-Perfecto. Enarbole esta hacha. Usted hará de leñador en el cuento. Contratado.

-¿Entonces, esto es una entrevista de trabajo? ¿Y qué me dice del personaje de la abuela?

-Recuerde, en el callejón sin salida, Cul de sac, usted no le dio de comer. No tiene escapatoria. Coja el hacha.

- ¡¡¡Fuego!!!

 

 

 


 

 

Pirómano

 

 

 

 
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